Como ya se ha dicho, los narcisistas son maestros de la manipulación. Utilizan la luz de gas y otras tácticas para hacerte dudar de tus propios pensamientos y sentimientos. Como resultado, a menudo son capaces de salirse con la suya en sus palabras y acciones sin tener que responsabilizarse de ellas. Por eso puede ser tan difícil reconocer cuándo un narcisista está intentando manipularte: saben cómo hacer girar la situación a su favor.
Los narcisistas también tienen incapacidad para aceptar críticas o fracasos de cualquier tipo. Cuando se enfrentan a cualquier cosa que se oponga a su ego, harán lo que haga falta para protegerse de sentirse vulnerables o expuestos. Por este motivo, un narcisista puede no decirte la verdad sobre algo y, en su lugar, poner una cortina de humo para ocultarte los hechos reales.
Los narcisistas suelen confiar en su encanto y carisma para ganarse a la gente. Pueden ser hábiles actuando como si no estuvieran haciendo nada malo, incluso cuando sí lo están haciendo. Utilizarán cumplidos vacíos, halagos y tácticas de manipulación para conseguir lo que quieren de los demás. Los narcisistas también tienden a anteponerse a sí mismos y a ignorar los sentimientos o necesidades de los demás en favor de los suyos propios.